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Boaventura

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Desaparecidos en acción: el por qué del prolongado silencio

Como habrán notado, las entradas en los últimos meses mermaron a un promedio de una por mes. Una vergüenza. Factor contribuyente es que Fadi ha practicamente abandonado el blog, pero la razón principal -si han estado atentos ya lo saben-, es que marchamos a África a salvar el mundo. Bueno, no tan así.

Marchamos a Mozambique a ofrecer nuestros servicios y conocimientos acumulados en 30 años de estudios y 20 de trabajo. Pueden ver un poco de lo que hicimos (todavía vamos a estar agregando cosas por un tiempo) en mi blog y en el de Fadi.

El estímulo detrás de esta iniciativa que veníamos preparando hace tiempo fue la idea de que la sustentabilidad va más allá de plantar un par de verduras en tu jardín y cambiar el auto por la bici. Un mundo realmente sustentablemente no es tal si sólo se limita a un grupete de gente que puede darse el lujo de reducir su consumo a voluntad, tener acceso a agua, aire y alimentos libres de contaminación y otros privilegios. Mientras haya gente que se muera de enfermedades evitables y por ignorancia, esté circunscrita a una dieta insuficiente o insalubre, no pueda acceder a información ni tenga voz -ya sea en su comunidad, su país, o el mundo-, pues de sustentabilidad nada.

Con esa idea marchamos a aportar nuestros dos granitos de arena a uno de los países más sufridos en este momento. Siglos de colonialismo, dos décadas de guerras en los últimos 40 años (primero de independencia y después una guerra civil), desastres naturales y muchos otros obstáculos han dejado a Mozambique un poco baqueteado. En los últimos años viene despegando, al menos en términos económicos y en los números, debido a inversiones de todos lados y mucha plata para "desarrollo". Eso, por supuesto, genera toda otra serie de problemas. Siguiendo el lema de nuestro blog de "ver qué pasa" cuando uno intenta hacer lo que cree que está bien, terminamos descubriendo de primera mano cuáles son esos problemas. Pero eso quedará para otra entrada...

En las próximas entradas retomaremos los temas que veníamos trabajando: alternativas en la construcción, la alimentación, el transporte y otras cosas interesantes que nos vayamos encontrando en el camino.

Mozaico Moz (4): nada se salva (y un detour a Swaziland)

En Maputo los mozaicos no son sólo para las paredes. El que aparece en esta foto es de una de las mesa en el patio del Centro de Cultura Franco-Mozambicano.

Y las pinturas tampoco se limitan a los murales: no se salvan ni las macetas ni los floreros. En la foto de abajo, los tres personajes aparecen pintados en un par de maceteros a la entrada de un restaurante en Macaneta, una localidad a unos 30 kms. de Maputo



Es que si hay algo que se toman en serio acá es el arte. Curiosamente, no ocurre lo mismo en Botswana, ni en Swaziland, según nos contaban unos colegas de CS. Uno de ellos, Dane, es quien dirige el proyecto de arte Yebo! ArtReach. En este proyecto Dane trabaja con jóvenes sordos de un liceo de Swaziland mostrándoles diferentes técnicas e incentivándolos a que se expresen a través de las artes visuales. Ha tenido excelentes resultados, incluyendo el mural que pueden ver aquí.

Junto a sus padres, Dane maneja además una galería donde se promueven artistas locales y regionales, se dictan talleres de arte y además se pueden comprar materiales para pintar (quienes están en Maputo, saben que acceder a materiales para arte es un problema). Si andan por el Valle de Ezulwini, recomiendo la visita a la galería que está en una región hermosa y está junto a un restaurant / cafetería.

Quedaron pendientes una visita mía al liceo y una visita de Dane a Maputo para colaborar en alguno de los posibles proyectos que incorporan las artes, expresión, lectura, escritura y otras tantas cosas... espero que todavía haya oportunidad en algún futuro no muy lejano.