Enviando artículos desde una biblioteca. Silencio bueno para trabajar pero olvidate de conferencias en Skype. |
En los últimos años hemos estado preparando el terreno para hacer exactamente eso. Desde las oficinas en Vancouver, lo de trabajar de forma independiente funcionaba estupendamente. Con conexión inalámbrica a Internet y muy buen ancho de banda, dos oficinas completas montadas en la casa (celulares, fax, impresora, escáner, biblioteca de consulta, archivo, documentos de apoyo), todos los servicios a dos cuadras (biblioteca pública, banco, correo, cafés) la consultoría de Fadi y mi empresa de servicios de textos e idiomas marchaban sobre ruedas.
Trabajar "on the road" resultó un poco más complicado. Ni que decir "on the water". Aún contando con una batería extra para cada computadora, el máximo de horas que podíamos trabajar era unas ocho antes de tener que recargar. Adiós doble pantalla, impresora, mouse, teclado y sillón ergonómicos, silencio, o trabajo sin interrupciones. Electricidad insuficiente o con cortes, conexión a internet limitada a un par de horas cada dos o tres días, espacio inadecuado, falta de recursos para consultas, horarios totalmente desfasados. Cargar la oficina a cuestas resulta, literalmente, pesado. El sueño del trabajo independiente viene con su precio.
Mucho depende de la flexibilidad de los clientes. No hay nada de malo con tener una conferencias desde una lavandería si al cliente no le importa tener de fondo unas ropas remojándose y el ronronear de lavarropas. ¿Verdad Gabriella?
La barrera mayor por ahora es la de "ojos que no ven"... que en este contexto tiene como corolario, "contrato que no sale". La tecnología está, solo falta que las cabezas acompañen.
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